jueves, 26 de marzo de 2009

Recensión sobre El estado en crisis

Recensión

Carlos Malamud, El Estado en crisis, Madrid: Síntesis, 2003, 251 pp.

Autor: Juan Francisco Díaz Hidalgo

No deja de ser ambicioso el tratar de explicar la evolución de los países americanos de habla española y portuguesa como si de una sola entidad se tratara. Todo un continente se trata de explicar bajo la premisa de una unidad cultural influida por los acontecimientos externos a ellos. Lógicamente pronto empiezan a surgir excepciones y particularismos. Las diferencias entre Argentina y Guatemala o Bolivia son muy profundas, con situaciones tan dispares como la inmigración europea en la primera y la población indígena de los últimos. También era muy distinta la situación brasileña o la costarricense. Todo esto hace desear un análisis más individualizado país a país, que por otro lado aparece al final del libro, punto en el cual la lectura se hace más agradable. Quizás por servir a modo de resumen de todo lo anterior y por lo tanto, contar con unos conocimientos que permiten una lectura más familiarizada con la materia tratada.

Pienso que esta parte final habría sido mejor disponerla en la primera parte para establecer un marco y punto de encuentro al desarrollo posterior. De esta forma se habrían eliminado repeticiones y se habría evitado dar cosas por sabidas y la redacción quedaría menos reiterante, beneficiándose el texto de una mayor comprensión.

De lo que no cabe duda es que el continente recibió una serie de influencias comunes a todos. Son estas influencias analizadas detalladamente, siendo en mi opinión el análisis económico el menos ameno de leer, aunque no hay que obviar que estamos ante un manual de historia y no un ensayo o un libro de divulgación. Existe un esfuerzo claro por el rigor. El autor maneja para ello datos que se incluyen en el libro y que apoyan sus tesis.

Se agradece la inclusión de cuadros informativos, así como la inclusión de textos originales a modo de ilustración de lo escrito. Sánchez Albornoz, Rose-Mary Thorp, Víctor Bulmer-Thomas, Carlos Marichal y Daniel Díaz Fuentes (este último de una tesis doctoral inédita) son traídos a estas páginas para aportar datos que soporten las explicaciones del autor, en cuanto a la economía se refiere.

Se analizan los populismos y las distintas reacciones de cada país a la coyuntura general, tratando de identificar una problemática continental, englobada bajo el título El Estado en Crisis, esto entendido como el constante cambio requerido para intentar conformar unas identidades nacionales, que muchas veces no reflejan la realidad social. Problemas latentes como el indigenismo que llegarán a nuestros días, el intervencionismo americano, la influencia de la clase oligárquica, la gran depresión económica, generaran una serie de respuestas por parte de los actores políticos, populismo, dictaduras personalistas y autarquía son las principales. Pero políticamente podemos encontrar posiciones muy distintas ante la alineación con EEUU, la ocupación de este último país de Cuba, Santo Domingo o Haití, la peculiar situación de Puerto Rico versus el revolucionario México (que gracias a su vecindad con EEUU desarrollará una industria que afianzará su moneda)

La influencia Hispánica en estos años no es muy significativa aunque se reseñan el falangismo o la Guerra Civil. Será en México donde encontrarán los exiliados españoles una mayor comprensión, gracias al liderazgo de Cárdenas y Avila Camacho.

La Guerra Fría después de la Segunda Guerra Mundial iba a pesar de nuevo en el ámbito de América Latina, que rápidamente reacciona en contra de las tendencias comunistas hasta el punto de que EEUU llega a bajar su interés en la zona al verla libre del peligro soviético. Y es en estas circunstancias cuando se comienzan a crear los grandes foros internacionales. Claramente se explica en el libro el desarrollo de la CEPAL 1948, la creación de la OEA en Bogotá ese mismo año o el previo de 1947 de la firma del TIAR (Tratado Interamericano de Ayuda Recíproca) texto incluido en el libro.

El libro es imprescindible para comprender los cambios sociales, ya sea del proceso de urbanización o de la industrialización sustitutiva de importaciones. También para entender las principales amenazas que tuvo que afrontar el liberalismo en el periodo de 1920 a 1950.

La generalización necesaria en el libro, para poder abarcar todo el estudio de América Latina en estas décadas, mueve a la curiosidad por los acontecimientos particulares y resuenan en nuestras mentes nombres como Recabarren, Alessandri, Zapata, Villa… dejando una cierta sed de saber más sobre los acontecimientos.

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