LUGAR DE ESTUDIO.
Para favorecer la concentración, facilitar el rendimiento y evitar al máximo la fatiga, es de gran importancia el ambiente de estudio. Una habitación amplia con buena iluminación y ventilación. Que sea confortable. Una silla con respaldo que favorezca la movilidad, que podamos usar el respaldo o abandonarlo a placer. Ropa holgada y cómoda. Unos cuantos libros bien seleccionados, cuartillas para tomar apuntes y realizar esquemas.
Características
a) El lugar de estudio ha de ser siempre el mismo y, a ser posible, dedicado xclusivamente a estudiar. El estudiar cada día en un lugar diferente hace que disminuya el rendimiento, puesto que el cerebro reconoce el lugar de estudio e inconscientemente prepara los procesos internos que favorecen la actitud y concentración hacia el aprendizaje.
b) La compañía: Es recomendable estudiar con dos o tres compañeros con los que poder conversar después del estudio y discutir los diferentes puntos de vista, de forma, que ayude a exponer lo aprendido.
c) El Orden: tanto el lugar como el material de estudio han de estar en orden. Ello implica que cada cosa ha de estar en su sitio, que no se mezclen distintas materias y que esté todo perfectamente localizable. Es decir, un orden propio que permita localizar con facilidad y de forma inmediata cualquier elemento que podamos necesitar (libros, apuntes, ejercicios, etcétera).
Para evitar interrupciones y distracciones innecesarias, pon al alcance de tu mano todo lo que vayas a necesitar durante la sesión de estudio. Antes de sentarse; coloca sobre la mesa solo el material a utilizar, no todos los libros y apuntes. Evita levantarte e interrupciones innecesarias.
Mobiliario
a) Mesa: ha de ser lo suficientemente amplia como para poder colocar sobre ella el material de estudio. La postura más apropiada es la sedente, con un atril para el libro que permita una inclinación entre 30 y 60 grados.
b) Silla: ha de favorecer una actitud activa; por tanto, debe permitir el movimiento, la liberación kinética que aparece al poco rato de que se produzca la concentración. Hay que huir de las sillas demasiado rígidas y con respaldo recto. Su altura ha de ser proporcional a la de la mesa; que los codos formen ángulo recto sobre ella y los pies permanezcan planos sobre el suelo (postura de 4), permitiendo escribir con comodidad.
Es conveniente levantarse de vez en cuando y realizar ejercicios de estiramiento, cada quince o veinte minutos. Esto evitará efectos desagradables como la frialdad en manos y pies, debido a la incidencia de la fijación en el estudio sobre la circulación sanguínea.
c) Estantes: permiten tener los libros y apuntes ordenados, clasificados y a la vista. El lugar más adecuado para colocarlos es justo encima de la mesa o al lado de ella, ya que permite ver y coger material sin necesidad de levantarse. También ayuda un tablero de corcho en la pared en el que podemos colgar el horario de estudio y clases, fechas importantes, cosas que debemos recordar, tareas que nos encargaron en el Centro Educativo, etcétera.
Condiciones ambientales
a) Iluminación: ha de ser suficiente y bien distribuida, evitando resplandores o contrastes agudos de luz y sombra. La luz más adecuada es la natural, evitando que incida directamente en los ojos. Si la luz ha de ser artificial, hemos de combinar una iluminación general de la sala (lámpara de techo) con una iluminación local que incida directamente sobre el material de estudio (lámpara de mesa o flexo con luz azul —«luz de día»—. No es conveniente estudiar solamente con la luz enfocada al libro. Para evitar sombras es conveniente que la luz entre por el lado contrario al de la mano con que escribimos e incida directamente sobre el papel.
b) Ventilación: hemos de ventilar frecuentemente la habitación para renovar el aire. En un lugar cerrado disminuye el nivel de oxígeno y aumenta el de anhídrido carbónico, lo que producirá una mayor fatiga y somnolencia, dolor de cabeza, e, incluso, mareos. Los ambientes cerrados y mal ventilados impiden que el cerebro trabaje con el máximo de eficacia.
c) Temperatura: procure un ambiente agradable que permita mantener con facilidad la temperatura corporal; la temperatura ideal oscila entre 18 y 22 grados, con una
ventilación suficiente. Demasiado calor incita al sueño y el frío dificulta la concentración.
d) Distracciones: elimine las distracciones o motivos de distracción y, por tanto, evite lugares de paso o ruidosos para estudiar. El silencio favorece la concentración. Si te gusta estudiar con música; que sea música relajante o de ambiente a muy bajo volumen, y nunca música con letra (es muy recomendable la llamada new age).
No es mejor estudiar en voz alta. El refuerzo auditivo se ve contrarrestado por la fatiga muscular y la ralentización de la lectura. No obstante con una frase especialmente difícil se puede, incluso, escribirla aparte en letras más grandes y leerla en voz alta.
Dormir bien
El estudiante debe aprovechar las horas del día sin tener que quitar horas al sueño. Tu trabajo intelectual (clases o estudio) no puede ser eficaz si antes no satisfaces la necesidad de descanso. Normalmente, ocho horas pueden ser las adecuadas para un estudiante.
Para dormir bien puedes recurrir a estos medios:
Un vaso de leche caliente antes de acostarse también favorece el sueño.
Dos horas antes de acostarte debes ir abandonando tu actividad normal para dar paso a un reposo gradual. la lectura relajada y una música serena son buenos preludios para un dulce sueño. Adopta por costumbre una hora fija para acostarte y otra fija para levantarte.
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INDICE DEL ARTÍCULO
Muy interesante aporte. Siempre es conveniente estudiar, ampliar y actualizar los conocimientos es indispensable a la hora de buscar un ascenso independientemente del trabajo que se realice. Por otra parte, generar buen ambiente de estudio y distintos hábitos es esencial a la hora de adquirir conocimientos.
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