¿Los golpes militares de la segunda mitad del siglo XX respondían a una lógica interna o al intervencionismo de los EEUU?
Después de la revolución cubana y ante el riesgo deque se extendiera por todo el continente, el gobierno de Washington asignó a los ejércitos de la región un papel estabilizador. Se destinaron millones de dólares, comenzando por préstamos de EEUU para armamento. Los conflictos limítrofes y el recelo de países vecinos fueron un efecto no deseado.
Washington quería contar con una fuerza militar panamericana permanente. Los jefes militares veían esto bien como medio de incrementar su fuerza política. El proyecto se presento a la Asamblea General de OEA en 1965, pero la fuerte oposición de los políticos, impidió reunir los dos tercios de los votos necesarios para su aprobación. Ante esto EEUU apostó por acuerdos bilaterales.
La doctrina de la seguridad nacional fue creada más por los ideólogos latinoamericanos que por el Pentágono. La doctrina surgía de la Guerra Fría y de la Revolución Cubana y partía de la premisa del enfrentamiento total entre Oriente y Occidente, entre el ateísmo marxista-leninista y los valores cristianos.
Las Fuerzas Armadas no se limitaron a proteger las fronteras. De forma progresiva se implicaron en los conflictos políticos internos. En las décadas de 1960 y 1970, los golpes militares fueron la norma, era la corporación militar la que intervenía en política
El intervencionismo era propiciado también por sectores civiles ante la incapacidad de los partidos políticos y de sus dirigentes para garantizar la gobernabilidad.
Algunos golpes eran propiciados por EEUU, pero era más frecuente que los golpistas buscaran el reconocimiento de la embajada de EEUU. Este intento de imponer de facto un gobierno norteamericano fue una constante en los golpes militares. No obstante algunos golpes como el que derrocó al presidente brasileño Joao Goulart en 1943 contó con una participación activa de EEUU.
Las guerras internas abrieron las puertas a la intervención de las fuerzas Armadas en la represión de los movimientos insurgentes y de los partidos de izquierdas en general. La doctrina de la seguridad nacional contempla la intervención de las Fuerzas Armadas en la política nacional. En la lucha contra la subversión cualquier método de lucha era valido aunque fuese ilegal. Esto llevó a la justificación de la violación sistemática de los derechos humanos.
Algunos golpes como el de Omar Torrijos en Panamá, Juan Velasco Alvarado en Perú en 1968, y Juan Torres en Bolivia 1970, tenían objetivos reformistas y nacionalistas e intentaban evitar el estallido social. De ahí que se les diese una etiqueta de izquierdas.
En América central, la intervención directa de EEUU fue debida a los intereses estratégicos de éstos en la región. La victoria del Sandinismo en Nicaragua impulsó la "contra" en el Salvador y al menos intensamente en Guatemala y Honduras.
Intervenciones directas de EEUU:
Bahía Cochinos en Cuba
República Dominicana en 1962, 23000 marines
Isla de Granada en el Caribe
Panamá 24.000 soldados invaden para capturar a Noriega
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