El imperialismo y la Primera Guerra Mundial
Comentario resuelto del texto siguiente:
Inglaterra, con su largo pasado histórico de agresiones coronadas por el éxito y con su maravillosa convicción de que, satisfaciendo sus propios intereses, expanda la luz entre las naciones sumergidas en las tinieblas, y Alemania, que tiene las mismas convicciones, con una fuerza de voluntad menor, pero quizás con una mayor inteligencia, se enfrentan en todos los puntos del globo: en el Transvaal, en El Cabo, en África central, en la India y en Oriente, en las islas de los mares del Sur y en el lejano noroeste. En todos esos lugares la bandera ha seguido a la Biblia y, allí donde el comercio ha seguido a la bandera (y ¿dónde no ha penetrado?), los intereses alemanes están en lucha con los intereses británicos […]. Un millón de pequeñas disputas están a punto de originar el mayor conflicto bélico que el mundo haya conocido.
Saturday Review, 11 de septiembre de 1897
Título
La opinión de la prensa sobre el imperialismo y la inminencia de la
guerra
Clasificación y contexto
Se trata de un texto periodístico de carácter político, pues trata de las relaciones entre las dos potencias más importantes de Europa: Inglaterra y Alemania.
Este texto periodístico, publicado en la prensa británica, nos muestra el ambiente prebélico que se vivía en Europa desde finales del siglo xix. La Segunda Revolución Industrial había dado un gran impulso a la economía de Alemania y la había situado en condiciones de cuestionar la tradicional preponderancia británica.
El desarrollo económico capitalista y la crisis del último tercio del siglo xix habían impulsado definitivamente el imperialismo, como una carrera por conquistar mercados.
La lucha por los mercados era cruel y provocaba conflictos continuos y constantes entre los Estados imperialistas.
Si bien estas guerras eran regionales, no se dudaba que, tarde o temprano, llegaría una guerra total. Esta certeza provocó que todas las potencias emprendieran una alocada carrera de armamentos. La industrialización proporcionó nuevos ingenios que hicieron las armas cada vez más destructivas y dieron a la Gran Guerra una dimensión desconocida hasta entonces.
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