El
jardín japonés sintetiza el arte
arquitectónico y la naturaleza. No se trata de atrapar una porción de esta
naturaleza por parte de aquellas personas que no pueden pasear habitualmente
por bosques o ir a la montaña, debido a sus obligaciones en la gran ciudad. Es
un acto de recreación de una naturaleza espontánea, pero encerrada dentro de
unos muros o un cercado. El jardín es el hijo de la naturaleza y la cultura,
algo que también podríamos llamar arte.
Percepción de la belleza por los japoneses
El japonés percibe la belleza de dos formas: una es la belleza casual que poseen las cosas nacidas espontáneamente, la belleza de la naturaleza pura, otra es la belleza de lo racional, la forma perfecta creada por el hombre.
La estética tradicional de Japón está conformada por la unión de dos percepciones: el ángulo recto y la curva, lo ortogonal y lo racional, la unión del Yin y el Yang. Por eso el jardín está siempre imbricado con la arquitectura en Japón.
El sintoísmo
El mito de la creación japonés dice que dos dioses crearon ocho islas a las que se añadieron más tarde los ríos, montañas y árboles. Shinto es la palabra para denominar las islas de los dioses.
El sintoísmo es la religión más antigua de Japón y su influencia ha marcado todo su arte y tradiciones, basados en el respeto a la naturaleza, la idea de pureza y el cultivo del arroz.
Las piedras se han incluido en el diseño japonés desde siempre, no se usan como material de construcción, excepto para alguna fortaleza. Las piedras, morada de los dioses, tienen una consideración religiosa y se han tratado como auténticas esculturas. Se señalizan mediante cintas sagradas y se colocan con un orden preciso. Este ordenamiento se puede considerar como el principio del jardín japonés
La influencia hindú
Con la llegada del budismo a Japón también llegaron las influencias hinduistas. La montaña como centro del universo, shumi-sen, sería el eje de una serie de círculos concéntricos, montañosos, y entre estos círculos: el agua. Esta coincidencia con la cosmogonía japonesa, la van resumir los japoneses en la montaña y el agua como germen de todo lo existente.
El taoísmo chino
La influencia china viene de la mano de la mitología. Las islas de los bienaventurados estaban asentadas sobre una gran tortuga y sus habitantes inmortales volaban sobre grullas en completa armonía de la naturaleza. Posteriormente las grullas y las tortugas se convirtieron en el símbolo de la inmortalidad. Este mito, anterior a la llegada de budismo, caló en Japón como lo hizo el anterior mito hindú, de forma que todo el periodo Edo verá nacer arquitectura y jardines conformados por esta influencia.
El budismo amida
El budismo amida (Mahayana), es una corriente que se centra en la meditación y la contemplación, siendo la que más adeptos tiene en Japón. El mito, en este caso, se basa en la existencia en el Oeste, de un país de la pureza gobernado por el buda Amida. Según los sutras hindúes este buda salvaría a todo aquel que le dedicase su vida. El paraíso logrado está descrito como una serie de jardines con lagos cubiertos de loto y con fabulosos palacios.
Al fin y al cabo, la religión es fruto de la preocupación del ser humano por la muerte y estos tres mitos quieren eludir esta muerte. El acto creativo es el recurso de los hombres y mujeres que tratan de vencer la ley de la naturaleza creando su propia naturaleza en forma de jardín o arquitectura.
Las tres piedras
La tríada de piedras es un recurso frecuente en los jardines japoneses. Esta forma de disponer en grupos de tres las piedras, ya sea en vertical o en horizontal, es de origen budista. Una piedra grande y dos pequeñas flanqueándola. También el ikebana, arte de componer flores y plantas, o el teatro noh japonés, verán repetido este patrón de pequeño, mediano y grande, al igual que en toda la historia de la jardinería japonesa.
Teatro Noh |
En cuanto al significado, parece que está recogiendo el cielo, la tierra y el ser humano; horizontal, diagonal y vertical, que en el ikebana se representarían por: la "rama de la verdad", la "rama secundaria" y la "rama que fluctúa". No cabe duda de que este aspecto de lo ternario debe tener un fundamento muy profundo, ya que se suele encontrar en las manifestaciones artísticas y religiosas de la mayoría de los seres humanos.
Arquetipos
de jardines
A
pesar de que el jardín japonés más conocido es el llamado kare-sansui, existen varias
concepciones de jardines a lo largo de los siglos, que se corresponden con las
siguientes épocas:
- Heian
- Kamakura
- Muromachi
- Azuchi-Momoyama
- Edo
- Meiji
Y
por fin la época actual, que cuenta con historiadores del arte como ShigemoriMirei que han dado un nuevo impulso a la jardinería japonesa.
Shigemori Mirei Japan Garden VisualBook Kyoto Temple II |
Como siempre pasa en el arte, la cultura se acaba reflejando en la obra del artista. De esta forma, la creciente conciencia de la individualidad y la separación hombre y naturaleza, importadas de occidente, han calado en los artistas japoneses, que usan los materiales plásticos o metálicos para construir jardines, y ya no se desea la colaboración de la naturaleza para terminar de modelar la obra del artista con el crecimiento de musgos u otros cambios ajenos a su mano. Como muestra de esto último la Feria Internacional de Jardinería de Osaka (1190), llevó el nombre de "Coexistencia del hombre y la naturaleza", olvidando que el hombre es parte de ella.
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