viernes, 5 de marzo de 2010

Los signos en el Arte rupestre del Paleolítico


Se consideran como ideomorfos o signos a todas las figuras geométricas o abstractas que no obtienen una concordancia con un sujeto real.
Son el más abundante de los temas del arte paleolítico, en ciertas cuevas llegan a ser prácticamente exclusivos.

Hubo un tiempo en que se consideraba que cada signo se correspondía con la representación de un objeto material. Se distinguía entre escutiformes (escudos), escaleriformes (escaleras), laciforme, tectiforme, claviforme, aviforme, etcétera. Aún se pueden encontrar estos calificativos en la bibiografía actual.

Leroi Gourhan realizó varios intentos de tipologías de los signos, y así distinguió:

(a) Líneas abiertas: Motivos finos. Comprenderían todos lo elementos del diseños lineal: trazos rectos, meandros, puntos.... A estos los otorgó un sentido masculino.

(b) Líneas cerradas: Motivos gruesos que delimitan áreas. Comprenderían las figuras geométricas, que deslindan superficies cerradas: círculos, cuadrados, triángulos. A estos signos los otorgó un sentido femenino.

(c) Las diferentes posibilidades combinatorias de los puntos.

De esta manera tendríamos:

1. ( S1 ) Formas circulares, ovales, cuadrangulares, pentagonales/tectiformes, triangulares, y los modelos que simulan parte o toda la figura femenina (claviformes, punta de flecha).

2. ( S2 ) Ideomorfos alargados o concebidos a partir de trazos rectos aislados o agrupados, que, de alguna manera vendrían a figurar elementos fálicos.

3. ( S3 ) Aglutinaría las modalidades formales, elaboradas utilizando las puntuaciones como grafía, tanto un punto solitario como pares asociados, alineaciones o nubes de ellos.

Prácticamente todas las sistematizaciones que se han realizado del signario paleolítico parten en esencia de esta clasificación, si bien se ha tendido a establecer los tipos en función de las morfologías y sus variables regionales, más que dejarse llevar por su presumible significado.

María Pilar Casado acomete un estudio exhaustivo de los signos rupestres de la Península Ibérica dividiéndolos en dos categorías fundamentales:

1. Categoría A: Los que definen figuras geométricas cerradas.
Dentro de esta se definirían cinco categorías primarias distintas ( AI - V ); triángulo, cuadrado, ovalo o elipsoides, circular o seudocircular y formas intermedias.

2. Categoría B: Los que definen figuras lineales abiertas.
Establece dos categorías ( BI-II ); signos confeccionados con líneas rectas y curvas abiertas y trazos más o menos rectilíneos. Dentro de estos a su vez establece unos subtipos ( BI.1 , BI,2...)

Sauvet y Wlodarczyk por su parte analizando la disparidad formal de los signos pleistocenos, despejan doce prototipos ( grafías o claves ) con sus correspondientes variables, todo acorde con un estricto criterio de morfología teórica y expresando su repercusión en cuatro regiones clásicas: (España, Pirineos, Dordoña y otras zonas), advirtiendo la ausencia de determinados elementos en ciertas zonas geográficas.
B. y G. Delluc por su parte han asimilado contados tipos de signos (rupestres y muebles), sobre todo los de épocas arcaicas, a las improntas de huellas, pisadas y pistas de animales. Así, por ejemplo, el dibujo real de una pata anterior de oso estaría simbolizado en las paredes como un círculo central y varios círculos satélites.
Esto es porque los tipos particulares de una región distorsionan la perspectiva de las tipologías generales. A veces, una forma especial no tiene cabida en los esquemas globales, o su encuadre resulta muy forzado, por tanto, los criterios dejan de ser objetivos.
Por otra parte hay unos pocos signos que merecen un análisis más detallado, por ser muy emblemáticos para la historiografía y para evitar errores de clasificación, por las cuestiones de índole cronológica que pueden acarrear:

A) Tectiformes y Cuadrangulares:
En primer lugar hay que señalar que el término «tectiforme» ha de ser utilizado con prudencia para evitar los abusos que se han cometido. Los tectiformes parietales típicos (Tipo VI de Sauvet) son característicos de unos pocos sitios del Perigord (Font de Gaume, Les Combarelles, Rouffignac), cuevas relativamente cercanas entre sí. Están pintados, grabados y dibujados por medio de tamponados y asociados a animales de estilo tardío (Magd. Medio).
Existen por otro lado en el Cantábrico unos seudotectiformes que, en realidad, son más o menos cuadrangulares con decoración interna o particiones interiores y, a veces, con un apéndice (triangular o circular) llamado también «arco conopial» en un lateral mayor.
En el Arte mueble los trapecios rellenos de trazos imitando a los tectiformes típicos provienen de los niveles del Magdaleniense Reciente, sin embargo los signos parietales rectangulares y conopiales se reparten entre los momentos finales del Solutrense e inicio del Magdaleniense.

B) Claviformes:
Bajo este nombre se acogen dos morfotipos:
Los claviformes triangulares clásicos (Altamira, Tito Bustillo, La Pileta), suelen estar pintados de rojo a tinta plana, manifiestan una forma global triangular y orientación horizontal. Se entienden propios de la primera mitad del Magdaleniense.
Los claviformes lineales (El Pindal, Cullalvera, Niaux), consisten en un vástago central con una protuberancia o abultamiento lateral, por lo común circular, surgiendo habitualmente del tercio superior. Estos fueron comparados por Leroi-Gourhan con los perfiles femeninos esquemáticos de las colecciones mobiliares del Magdaleniense Superior.

C) Aviformes o tipo Placard:
Se denominan así por asemejarse a la simplificación de un pájaro. Los ejemplares descubiertos en el yacimiento de Placard permiten su encuadre preciso en el Solutrense (20 ka). Están diseñados a partir de un eje horizontal cuyos extremos inflexionan en ángulo recto y con un saliente superior en la parte media. Aparecen tanto pintados como grabados en muy contadas cavidades.

D) Tortugas:
Vocablo acuñado por Breuil, si bien advierte que es totalmente convencional. Jordá los califica como recintos o sacos y Casado los clasificó como formas circulares con decoración externa-interna.
En síntesis serían elementos circulares o semicirculares con distintos grados de complicación decorativa: circunferencias simples, rellenas de cortos trazos dobles, con apéndices externos… En la actualidad sólo se han localizado en La Pileta y Navarro, pintados en rojo en ambas cavidades, en fechas alrededor del Solutrense avanzado.
Ya Leroi-Gourhan ,Laming-Emperaire , Jordá y Sauvet apreciaron la distribución regional de ciertas categorías de signos rupestres, cuestión que los primeros interpretaron como marcadores étnicos, emblemas, señales de pactos y alianzas. Lo que sí está claro es que varias imágenes abstractas complejas encuentran un área geográfica y cronológica muy restringida: Los tectiformes parietales y los rectangulares simples, que quedan limitados a la zona del Perigord, en tanto que los cuadrangulares con decoración o partición interna serían característicos del Cantábrico.
Pero en definitiva, el temario de signos, en sus múltiples modalidades, consigue una vigencia plena y significativa durante el Pleistoceno, o sea recorre toda la horquilla temporal, desde el Auriñaciense hasta el Magdaleniense Superior, igualmente hay signos plasmados en todas las regiones y con todas las técnicas.


Imprimir

No hay comentarios:

Publicar un comentario