La película cumple sobradamente con el apartado visual. Mientras estás viéndola te preguntas constantemente: ¿cómo habrán logrado este resultado tan veraz? Los efectos 3D están perfectamente logrados, aunque, a mí me parece, el cine en 3D aún no ha solucionado todos los problemas: el uso de gafas (en mi caso gafas sobre gafas) y el oscurecimiento que éstas producen.
!Atención en el texto siguiente se desvela el argumento! Si vas a ver la película tenlo en cuenta.
Por otro lado tendríamos EL TEMA de la película: la inminencia de la muerte y su intransferibilidad.
Un misil ha impactado en un satélite y ha provocado una reacción en cadena al impactar, a su vez, sus fragmentos con otros satélites. Se produce una basura espacial que va a provocar así la tragedia que van a sufrir los protagonistas (y los no-protagonistas que mueren antes de que los conozcamos).
El tema parece ser una reflexión sobre la muerte, no como una posibilidad cierta, como algo inminente. En un momento Ryan (Sandra Bullock) dice: sé que moriré, lo que cambia la situación es que lo haré en unos minutos. Ciertamente la muerte siempre nos rodea aunque no nos demos cuenta. Cualquier acontecimiento puede desencadenar la tragedia y para esto no es necesario estar en el espacio rozando, conviviendo con la muerte. Su hija había muerto mientras jugaba en un parque infantil, con una caída como las que tienen a diario los niños sin mayores consecuencias. Está claro que aquí se busca el contraste entre la muerte en un lugar seguro, un jardín de infancia en la Tierra, y el espacio exterior donde cualquier error puede ser fatal.
La pregunta es: ¿la película logra que nos podamos poner en el lugar de la astronauta? Sí consigue transmitir la desorientación que le produce el estar girando después de la colisión, pero no termina de lograr que nos creamos que va a morir. Sabemos que ocurrirá algo que la salvará, lo que mitiga la sensación empática.
Otra cosa es la situación de Matt Kowalsky (George Cloony). Nos sorprende que muera tan tempranamente en la película y, de hecho, esperamos siempre un milagro y que se le pueda recuperar del espacio. Ésto también mitiga la sensación de fatalidad que surge mientras se aleja hacia el infinito. Como bien dice Fernando Savater en su libro "Las preguntas de la vida" todo lo que hacemos, lo hacemos para evitar morir y sin esta actividad solo nos quedaría el observar y pensar, que es precisamente lo que hace el personaje de Cloony una vez que la posibilidad de actuar ya no existe. Observar el Ganges desde el espacio y disfrutar de la vista. Es lo único posible: pensar y observar. Ya no puede hacer nada para evitar morir.
El personaje de Bullock, sin embargo, no puede parar de actuar para evitar la muerte inminente, esa de la que también nos habla Savater en su libro. Esa muerte que no causa dolor, como la muerte de su hija, esa muerte que le causa temor porque es la suya, propia e intransferible. Esa muerte tan necesaria para la vida. De hecho, la película es un alegato de la vida. Desde la postura fetal que adopta al regresar a la estación espacial, flotando como si en líquido amniótico estuviese, hasta el final en el que la protagonista vuelve a nacer emergiendo de las aguas tras su amerizaje, como si de una matriz se tratase, surge sin aire ya en los pulmones, torpe en la orilla, tras muchos días de ingravidez, como un niño que aprende a andar, posa el pie en la tierra y sonríe.
FICHA DE LA PELÍCULA:
Imprimir
No hay comentarios:
Publicar un comentario